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De confirmarse las expectativas del consenso de mercado (creación de 165.000 nóminas no agrícolas, en línea con el mes anterior e insuficiente para reducir la tasa de paro desde el 7,5%, y frente al objetivo de situarla en el medio plazo por debajo del 6,5%), el mercado debería interpretar que la retirada de estímulos monetarios no será inmediata. Por el contrario, un dato de empleo mejor de lo esperado se traduciría en caídas de las bolsas por temor a que la Fed empiece a aplicar su estrategia de salida.
En este sentido, los expertos de Link Securities precisan que “es muy complicado saber cómo van a reaccionar los mercados a estos datos”. Un dato mejor de lo esperado, añaden estos expertos, “supondría que la economía estadounidense se está recuperando y creando empleo, lo que volvería a incrementar los temores de que la Reserva Federal (Fed) comience a retirar estímulos. La firma apunta que “ seguimos considerando (este escenario) como el más positivo a medio plazo, ya que supondría que la mayor economía del mundo puede comenzar a 'vivir' sin 'respiración asistida', pero puede no gustar mucho a los inversores que piensan que sin el apoyo de la liquidez aportada por la Fed las bolsas no pueden seguir escalando posiciones. Es por ello que, a lo mejor, un mal dato es positivo para las bolsas a corto plazo, aunque, en nuestra opinión, sería la constatación de que la política monetaria expansiva no está logrando su principal objetivo, crear empleo a un ritmo elevado y reducir el desempleo”. Habrá que esperar, por tanto, a conocer las mencionadas cifras para conocer cuál va a ser la tendencia de cierre semanal de los mercados de valores occidentales.
Y en este escenario hemos amanecido con un nuevo informe sobre los bancos del Viejo Continente de Berenberg en el que la firma francesa pone en “tela de juicio” a los bancos españoles. En la nota, el bróker galo compara a las entidades financieras de nuestro país con las italianas, algo que ya hiciera a finales de mayo Nomura, y de nuevo las españolas salen perdiendo. A pesar de que estos expertos siguen siendo bajistas con los bancos transalpinos los prefieren a sus homólogos españoles atendiendo a criterios como “la macroeconomía, la regulación, el capital, los dividendos y la relativa valoración de los riesgos”. Según Berenberg, “preferimos Intesa y UniCredit a BBVA y Santander por un capital más fuerte y más altos rendimientos de los dividendos en efectivo”.
Y es que en la valoración de la firma gala pesa mucho el ámbito macroeconómico en el que operan las entidades. “A pesar de que los dos mayores bancos españoles tienen menos exposición doméstica que sus pares italianos (un tercio de los ingresos en comparación con las dos terceras partes), la percepción de riesgo soberano pesa en nuestra valoración (...) La economía italiana presenta un menor riesgo que la de España en el corto plazo: tiene menor desempleo (12% vs. 27% - abril de 2013) y se prevé que tenga un superávit primario de 2,7% en 2013 frente a un déficit del 3,5% para España, lo que supone menos austeridad en el futuro”, sostienen estos analistas.
Por otro lado, Berenberg apunta a un mayor riesgo de pérdidas por préstamos para los bancos españoles que para los italianos. En cuanto al capital, estos analistas prefieren a las entidades transalpinas ya que “están por delante de sus compañeras españolas en términos de Basilea III. UniCredit e Intesa tienen un core tier 1 superior al 9,6%, frente a menos de un 9,2% de sus compañeros españoles. El panorama es similar si se compara el índice de capital tangible al porcentaje de los activos totales, a pesar de una mayor exposición de los bancos españoles a los mercados emergentes”.
Además, Berenberg analiza los dividendos en efectivo de estas entidades. Mientras Intesa y UniCredit tienen dividendos en efectivo con una rentabilidad del 3,5% y 2,2%, respectivamente, Santander paga un scrip dividend del 100% y BBVA abona sólo el 50% de su dividendo en efectivo (con sus respectivas rentabilidades por dividendo de 10,7 % y 5,5%). Al respecto señalan que “preferimos los dividendos en efectivo, incluso si el rendimiento es menor”.
Pero esta no es la única voz en contra de los bancos españoles que se ha escuchado en los últimos tiempos. Nomura publicó a final del mes de mayo un informe en el que buscaba a los bancos mejor posicionados del sur de Europa y, de nuevo, "suspendimos". Aunque su visión sobre esta región es negativa en comparación con la visión del conjunto, Nomura muestra especial preferencia por los bancos de mayor capitalización, con Intesa a la cabeza. La firma cree que Italia tiene una posición de fuerza mayor que la de Portugal o España. Así, y por este orden, se decanta además por UBI (Italia), BPI (Portugal) y CaixaBank (España).
En esta línea se manifestó también el diario británico The Telegraph, que publicó a principios del pasado mes un artículo titulado “España oficialmente insolvente” en el que animaba a los inversores a sacar el dinero de los bancos españoles “mientras puedan”. El rotativo se basa en que Europa ya aseguró que Grecia sería el primer y último país que sufriría una reestructuración financiera, pero luego Chipre se vio envuelta en una situación similar. Así, resalta que España está retrasando una recapitalización mayor de sus bancos a la espera de que se complete la unión bancaria europea, esperando que "haga el trabajo en su lugar". En cualquier caso, el diario excluye de estas advertencias y recomendaciones a la rama británica del Banco Santander, al entender que se encuentra "totalmente aislada de la nave nodriza" en España.
Y ¿qué pasará si los inversores hacen casos a tantas recomendaciones en contra sobre la banca española? José María Rodríguez, analista de Bolsamanía, nos responde alarmado: “El Ibex 35 dejaría inmediatamente de subir. Si los inversores abandonan los títulos directores de nuestro selectivo sería como cortar el 'grifo de la gasolina' del índice”. Rodríguez sostiene que, “en el mejor de los casos, permaneceríamos laterales, gracias a que en el Ibex 35 pesan mucho Telefónica e Inditex”, y añade que “podríamos asistir a un trasvase de poder a otros sectores como las telecos, energéticas o constructoras”. Por nuestro bien, es mejor no asistir a ello.
María Díaz