MADRID, 26 JUL. (Bolsamania.com/BMS) .- Aluvión de resultados empresariales (peores de lo esperado para UBS, BP o Deutsche Bank) e importantes citas macroeconómicas (confianza del consumidor por debajo de lo estimado en Alemania y por encima en Francia, a la espera del dato en Estados Unidos) que, unidas al estancamiento en las negociaciones sobre el techo de deuda al otro lado del Atlántico y a las persistentes tensiones sobre este tema en Europa, son para los analistas de Link Securities factores que provocarán que el mercado se mantenga con altibajos, sin tomar una dirección concreta, en los próximos días.

Una indefinición que ha quedado bastante patente en lo que llevamos de sesión ya que, tras una apertura alcista, la renta variable del Viejo Continente ha coqueteado con los números rojos y los verdes, para optar, al menos por el momento, por los descensos: CAC (-0,77%); DAX (-0,32%); FTSE (+0,17%); EuroStoxx (-0,78%); e Ibex35 (-0,87%; 9.776 puntos).

Todo esto, después de que el Tesoro español haya colocado 2.885 millones de euros en Letras a 3 y 6 meses, en la parte alta de la previsión de entre 2.000 y 3.000 millones, aunque con una demanda inferior a anteriores emisiones y una rentabilidad mayor.

Por sectores, Utilities (+0,47%) y Recursos Básicos (+0,31%) son los mejores en el DJ Stoxx 600; mientras que Automóviles (-1,52%) y Tecnología (-0,68%) son los que peor se comportan. Al mismo tiempo, los futuros americanos se encuentran prácticamente planos (+0,05%)

Y, en otros mercados, el Euro/Dólar cotiza en los 1,4476 (+0,68%); el barril de Brent en los $118,03 (+0,08%); y el de West Texas en los $99,61 (+0,41%).

EL “PEQUEÑO DEFECTO” DE LOS INVERSORES INTELIGENTES

“Algunas personas nacen inteligentes, otras con suerte y solo unas cuantas son lo suficientemente inteligentes como para haber nacido con suerte”, Ed Seykota, pionero de los sistemas de trading por ordenador. Esta frase sirve de base para un interesante comentario de Nicholas Vardy, editor de The Global Guru, sobre la principal desventaja de los inversores inteligentes a la hora de convertirse en traders “rentables”. Y es que, tal y como señala este experto, “si la inteligencia fuera la clave, todos los estudiantes de finanzas que se han graduado con un doctorado por ejemplo en Stanford serían inmensamente ricos” y esto no tiene porque ser así. “Entender esto le puede ayudar a cosechar, o mejor aún, a mantener los beneficios de sus inversiones en el mercado”, afirma.

Wall Street está lleno de analistas financieros de importantes bancos de inversión que han estudiado en grandes universidades como Harvard. Personas que se creen inteligentes y cuyos familiares y amigos también creen que lo son –“al fin y al cabo han ganado todos los concursos de ortografía y matemáticas desde que eran pequeños y tienen una importante titulación superior”, apostilla Vardy- y que cometen errores día tras día, ¿por qué?

“Las personas inteligentes tienen un defecto diminuto que los hace inadecuados para ser inversores y traders (…). No pueden admitir que están equivocadas”, afirma tajante este analista. Además, añaden, “la gente inteligente ama la información (…) considera que la información financiera y los modelos de inversión cada vez más complejos son la clave para tomar decisiones correctas a la hora de invertir. Pero la realidad es la siguiente: siempre hay algo nuevo que saber, y cuanto más complejo es el modelo, menos robusto y exacto”.

El verdadero problema, concluye, es que la gente inteligente está influida por su necesidad de saber y, al mismo tiempo, de tener siempre razón. “Por ello, tras hacer una recomendación inicial, emplean la mayor parte de su energía en demostrar que tenían razón en dicho consejo”, destaca Vardy.

“Aquí está la ironía: ser inteligente a menudo hace de las personas el peor de los traders”, sostiene este analista. No nos dejemos impresionar por las credenciales academicas de un analista, al fin y al cabo George Soros se presentó dos veces al examen de CFA y después se rindió y Warren Buffett fue rechazado por la Harvard Business School.

En este sentido, lo importante es no emocionarnos tanto con nuestros propios análisis, ni apostar demasiado por una única idea y tener siempre las salidas en su sitio. Esto es lo que vale, a menos que seas “lo suficientemente inteligente como para haber nacido con suerte”.

Sara Carbonell
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