MADRID, 06 ENE. (Bolsamania.com/BMS) .- Pensábamos que el hecho de “cerrar oficialmente” 2011 y empezar un nuevo año iba a suponer también “borrón y cuenta nueva” para Europa y que todos íbamos a tener, al menos, un respiro. Pues bien, nada más lejos de la realidad. Si algo nos ha demostrado esta primera y rara semana del año (medio festiva en parte de Europa, incluida España) es que la crisis de deuda en el Viejo Continente sigue preocupando muchísimo. De hecho, el lunes mismo Sarkozy y Merkel empiezan a hablar, parece que para tratar de cerrar alguna medida concreta (como el impuesto a las transacciones financieras), después de que el presidente francés haya mantenido también hoy un encuentro con Mario Monti. La semana que viene, en el marco de la reunión del Banco Central Europeo, igualmente contaremos con la comparecencia de Mario Draghi, al que nuevamente se preguntará (dado que el tema sigue ahí) por la posibilidad de una política más expansiva del BCE para este año.
En este contexto, esta semana se ha hablado mucho de Hungría y de un default del país por la imposibilidad de llegar a un acuerdo para obtener ayuda internacional (hoy Fitch, aprovechando la ocasión, ha bajado su rating), y también se ha hablado de Grecia y de la necesidad de que llegue, cuanto antes, a un acuerdo con la “troika”. Por supuesto, protagonista ha sido sin duda España, en medio de muchas noticias negativas, como las que se han referido a que el país pedirá ayudas al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y el Fondo Monetario Internacional para reestructurar el sistema financiero. De esta noticia nos ha llamado la atención esta semana que estaba en el último párrafo de un artículo (en una página pérdida) de un periódico nacional, cuando se supone que el tema es realmente importante. El párrafo figuraba en una noticia sobre Luis de Guindos, nuestro nuevo ministro de Economía, y citaba a “fuentes de Moncloa”. Nos surge la duda ahora de si pedir ayuda a Europa y al FMI no es, en esencia, ser intervenido o “rescatado”. En la próxima rueda de prensa en la que coincidamos con De Guindos (recordamos que este verano, en un encuentro con los medios y cuando aún no era ministro, negó categóricamente que nuestro país fuera a ser intervenido) le preguntaremos para que nos aclare la cuestión.
Y con toda esta tensión en Europa, lógicamente, los primeros que sufren son los bancos, y eso es precisamente lo que ha sucedido esta semana. En nuestro país, Santander ha perdido el soporte de los 5,5 euros, pero en general han caído todos en bloque con muchísima fuerza. Tampoco benefició que, a principios de semana, Unicredito anunciara unas condiciones de su ampliación de capital que no gustaron nada al mercado dado que suponen una rebaja del 43% en el precio de sus acciones. Junto al sector bancario, esta semana hemos visto subidas en el petrolero, por esas tensiones que se están viviendo en Irán y, en otros mercados, fuertes caídas en el Euro (hasta niveles de 1,27 respecto al Dólar). En los mercados de deuda, mientras tanto, la tensión ha vuelto a agudizarse (para no perder la costumbre) y la prima de riesgo en España se ha ido desde los 330 de principios de semana a los 370 de finales, sin olvidarnos de que tenemos al bono italiano tranquilamente por encima del 7%.
Si tenemos que hablar de batacazos puntuales, por otro lado, no nos queremos olvidar del tremendo que vimos en Gamesa debido al profit warning de Vestas ni del fortísimo recorte de ayer en Mediaset (antigua Telecinco). Estamos hablando de dos valores, obviamente, no aptos para cardiacos.
En cuanto a otras cosas destacadas, es importante precisar que Estados Unidos se ha mostrado esta semana más fuerte que Europa (el lunes las Bolsas allí permanecieron cerradas por festivo), y que se está volviendo a ver, por tanto, esa falta de paralelismo entre la evolución de uno y otro mercado. De hecho, el S&P ha superado finalmente la media de 200 sesiones, lo cual es claramente una buena noticia. Hoy viernes, el Informe de Empleo publicado allí salió mejor de lo esperado, con una creación de empleo no agrícola de +200.000, por encima de la estimación de +150.000, y una caída de la tasa de desempleo hasta el 8,5% desde el 8,6% del mes precedente y frente a la previsión de subida hasta el 8,7%.
Para la próxima semana recuerden que, además de las decisiones de tipos del Banco Central Europeo y del Banco de Inglaterra, arranca la temporada de presentación de resultados con Alcoa, al otro lado del Atlántico, y con Banesto en España. Estos resultados, de nuevo, se “mirarán con lupa” dado que los bancos continúan “en el ojo del huracán”. Como siempre, veremos beneficios de miles de millones y la gente en la calle se seguirá haciendo la misma pregunta: si tienen tanto dinero, ¿por qué no prestan? Que el capital empiece a fluir para que ciudadanos y empresarios puedan volver, poco a poco, a lo normalidad, es uno de los principales deseos de los expertos para este año…. De momento, parece que empezamos mal.
Nieves Amigo