Recién las economías domésticas comenzaban a reponerse de los gastos veraniegos cuando, nos encontramos con otro de los picos de gasto más importantes del año; las Navidades y por extensión ante un mes de Enero donde, aún con la presencia de las rebajas, nos encontramos con la tradicional cuesta de Enero que no deja de ser otra cosa que la factura por los excesos económicos de las navidades.
No estamos desde luego ante una cuestión baladí; a pesar de que en los últimos años ha disminuido de manera sensible el gasto específico por familia destinado a las fiestas navideñas, dicho gasto de media sigue rondando los 700 €, un dinero por supuesto a sumar a los gastos habituales y que, en un marco en el que son muchas las economías domésticas en un equilibrio precario, en el que apenas los ingresos cubren gastos, no resulta infrecuente encontrar quienes deciden contratar un préstamo para afrontar los gastos extra en Navidades o a los que optan, después de visto el gasto navideño, por buscar opciones de financiación para el mes de Enero
¿Pero qué préstamo contratar?
Probablemente a la hora de la contratación de un préstamo en Enero, y teniendo en cuenta esa media de gastos que hemos citado anteriormente, la primera mirada pueda recaer sobre los préstamos rápidos. En teoría estos productos de financiación responden a lo que se demanda; velocidad en la concesión, importes medios a financiar y agilidad en el acceso al dinero.
Sin embargo conviene tener en cuenta que por regla general este tipo de préstamos no resultan precisamente baratos, además de que el endurecimiento general de las condiciones de acceso a financiación también ha hecho que no sean especialmente mucho más asequibles que otros productos de financiación. Probablemente englobados en esta categoría serían los micro préstamos los más útiles, ya que, se trata de financiación muy baja (hasta 300 €) para plazos de amortización que pueden ir entre una semana y un mes.
En general, y como resulta comprensible, serían los más aconsejables aquellos préstamos que menos gastos generen. Sin embargo estos préstamos los vamos a encontrar en formatos como los anticipos de nómina o los préstamos preconcedidos, productos que requieren una contratación previa y que se pueden mantener a lo largo del tiempo, encontrando en el primero de los casos opciones muy interesantes ya que incluso nos vamos a encontrar la aplicación de interés cero dependiendo de las ofertas.
En el plano menos positivo de los anticipos nómina se encuentra lógicamente el hecho de que los más baratos de entre estos productos van a presentar un plazo de amortización muy corto, que incluso puede reducirse a un mes, por lo que no es posible plantear una financiación parcelada en cuotas.
¿Préstamo o ahorro?
Desde luego si afrontamos esa pregunta desde la óptica de lo más adecuado para la economía doméstica nos inclinaríamos por la segunda opción; un ahorro activo a lo largo del año a través de productos como pueden ser por ejemplo las cuentas remuneradas o similares, que nos permitiera una disposición en metálico ajustada y suficiente para estos gastos.
A la hora de solicitar un préstamo para la cuesta de Enero debemos tener entre otras cosas en cuenta que aumentamos lógicamente el nivel de endeudamiento de nuestra economía, por lo que de tomar esa decisión el cálculo de lo que se solicita y lo que supone como impacto las devoluciones debe ser lo más afinado posible huyendo de las posibilidades de sobreendeudamiento que a fin de cuentas es el enemigo mortal de nuestras cuentas domésticas.