Si tuviéramos que resumir en pocas palabras lo que el pasado año 2013 ha supuesto desde la perspectiva de contratar préstamos, realmente no lo tendríamos dificil; un año con mucho menos préstamos concedidos, con condiciones medias de acceso más duras y con un aumento más que notable de las tasas de morosidad.
Con este panorama resulta más que evidente que el usuario que busca financiación a través de los préstamos lo tiene más difícil año tras año desde el inicio de la crisis, y por ello, es más importante que nunca prestar atención a los elementos fundamentales de los que depende el funcionamiento de un préstamo.
Las principales cuestiones a tener en cuenta al solicitar un préstamo serían estas:
- El importe a solicitar
- Las comisiones que nos cobran
- El plazo de amortización
- El tipo de interés bancario que aplicarán las entidades financieras
Para definir que es el tipo de interés, podemos decir que es el precio que nos cobran las entidades de crédito por prestarnos el dinero. Para entenderlo, debemos saber que el interés se calcula aplicando un porcentaje sobre ese capital solicitado por el cliente y ese tipo que se aplica sobre el capital pendiente de devolución en cada momento.
El sistema financiero español ofrece una variedad de tipo de interés, que primero podemos clasificar entre fijo y variable. Este último además puede referenciarse al Euribor.
Una vez delimitado el tipo seleccionado, debemos contemplar algunos aspectos que suelen solicitar las entidades, como las garantías, en caso de que existan avales. Además, es importante saber que si solicitamos un préstamo a muy corto plazo (menos de un año) o por pequeñas cantidades, las entidades pueden cobrarnos comisiones altas, este es el caso de los préstamo con tipo de interés 0%.
Como explicabamos, el tipo de interés puede ser fijo o variable. Esto quiere decir que de la elección de uno de ellos el porcentual que aplica al monto solicitado se mantenga constante o no a lo largo de la vida delsignificará que préstamo.
Interés fijo
Para los préstamo que aplica este tipo, el tipo de interés se mantiene constante a lo largo de la vida del producto. Es decir que desde que lo contratamos hasta que pagamos la última cuota, de antemano sabremos el importe total de los intereses a pagar.
En esta modalidad nos despreocupamos de las fluctuaciones del mercado, aunque suele estar por encima de las tasas que aplica un interes variable en este momento. Además debemos tener en cuenta que cuanto más largo es el plazo de amortización, mayor suele ser el monto que pagaremos.
Interés variable
Esta modalidad ha diferencia de la anterior se modifica a lo largo de la vida del préstamo y dependerá de la evolución del índice o tipo que se tome como referencia, en la mayoría de los casos, el Euribor. Este tipo de interés suele estar acompañado de un diferencial que aplica cada entidad.
Para que se entienda mejor, en un préstamo a tipo variable, pagará el valor del euribor en el momento de la revisión de la cuota, más un porcentual fijo.
Recuerde que la entidad crediticia debe comunicarle con antelación los nuevos tipos aplicables al modificarse el índice de referencia.
Con este tipo de interés su cuota se modificará hacia arriba o abajo en función del índice o tipo de interés de referencia en los momentos de revisión, aunque la banca suele limitar estas variaciones.
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