Como pagar menos a Hacienda: planes de pensiones

El último trimestre del año se puede considerar el de la declaración de la renta, ya que es cuando la mayoría de contribuyentes busca formas para pagar menos a Hacienda y aquí es donde aparecen los planes de pensiones y otras inversiones que dan derecho a deducción. Y es que la fiscalidad de los planes de pensiones favorece este vehículo de ahorro en el IRPF.

Una de las bases para contar con una economía saneada es la previsión. No sólo se trata de hacer presupuestos familiares, sino también de saber anticipar el resultado del IRPF y hacer lo posible para que este nos sea favorable. En este punto existen diferentes estrategias para pagar menos a Hacienda y una de las más utilizadas es la que tiene que ver con los planes de pensiones.

La fiscalidad de los planes de pensiones los convierte en un de los productos estrella de las entidades financieras durante la recta final del año. A finales de octubre bancos y cajas suelen empezar con su campaña de marketing para conseguir nuevas contrataciones o, en su defecto, ‘robar’ clientes vía el traspaso del plan de pensión. Los incentivos son de lo más variado, desde regalos hasta ingresos en efectivo de un porcentaje de la cantidad traspasada, y la elección de las fechas para el lanzamiento de estas promociones no tiene nada que ver con la casualidad. Los últimos meses del año es en los que la mayoría de los contribuyentes concentran sus esfuerzos de planificación fiscal y los planes de pensiones son uno de las fórmulas para abaratar la factura de la declaración de la renta.

Como parte de la estrategia de fomentar el ahorro a largo plazo por parte del Gobierno, los planes de pensiones permiten realizar deducciones en función de las cantidades invertidas y la edad del partícipe. Sin embargo, para hablar de como pagar menos a Hacienda a través de los planes pensiones no hay que quedarse sólo con las aportaciones, sino también con el momento del rescate del plan y las posibilidades de gestión del mismo.

Aportaciones al plan de pensiones

Por aportaciones se entiende el dinero que cada mes o cada año se invierte en el plan de pensiones. Este es el gran caballo de batalla de este producto a efectos de IRPF. Como ya hemos mencionado, la fiscalidad de las aportaciones al plan incluyen deducciones sobre la base imponible. Es decir, permiten pagar menos a Hacienda restando un porcentaje del dinero aportado al plan del dinero sobre el que se calcula el IRPF.

Los límites

Los límites sobre los que se calcula la deducción en el IRPF de los planes de pensiones están relacionados con el nivel de ingresos del contribuyente y su edad. En este sentido, cuanto más cerca está la edad de jubilación mayores son las cantidades que se pueden destinar la plan y que dan derecho a deducción. Mientras, el dinero que gana el contribuyente ejerce de cortapisa de forma que cuanto más se ingresa más se puede desgravar, siempre dentro de unos límites.

Los márgenes actuales son los siguientes:

  • Menores de 50 años. Pueden deducir la menor de las cantidades entre 10.000 euros (aportación máxima que pueden realizar) o el 30% de sus ingresos,
  • Mayores de 50 años. Pueden deducir la menor de las cantidades entre 12.500 euros o el 50% de sus ingresos.
  • Personas con discapacidad. Pueden deducir hasta un máximo de 24.500 euros y seguir disfrutando de ventajas fiscales.
  • Aportaciones al plan de pensiones del cónyuge. También dan derecho a deducción bajo los criterios ya expuestos, siempre que los ingresos de este no sobrepasen los 8.000 euros anuales.
Un ejemplo
Para terminar de entender la forma en la que se puede ahorrar en el IRPF a través de la inversión en planes de pensiones lo mejor es poner un pequeño caso práctico. La siguiente tabla de la web de CAN ilustra a la perfección el ahorro que permite cada aportación en función de los términos ya descritos.

 

Gestión del plan de pensiones

Al margen de la posibilidad de ahorrar en la declaración de la renta a través de las aportaciones al plan, estos productos cuentan con otras ventajas desde el punto de vista fiscal. La más significativa tiene que ver con la posibilidad de cambiar o mover el plan de pensión sin tener que tributar por ello.

Tal y como ocurre con los fondos de inversión (ver su fiscalidad) los planes de pensiones pueden cambiarse de una entidad a otra sin tener que tributar por ellos. Es decir, se puede coger el plan de pensión contratado con el Santander y llevarlo a BBVA junto con las plusvalías que haya generado sin tener que pagar a Hacienda por ella.

De hecho, una de las bases para una buena gestión del plan de pensiones consiste en mover el dinero dentro del mismo y cambiar de un plan a otro, incluso dentro de una misma entidad, para adaptarse a los cambios en el entorno financiero y a la edad del inversor. Conviene recordar que las necesidades de una persona que invierte a los 25 años en un plan de pensiones no son las mismas que una persona que lo hace a los 60 años. El primero puede permitirse correr ciertos riesgos, ya que dispone de tiempo para recuperar hipotéticas pérdidas, mientras que el segundo tenderá a ser más conservador, puesto que su margen de maniobra es menor al estar más cerca la edad de jubilación.

Fiscalidad de los regalos

Otra cosa bien distinta son los regalos y bonificaciones por el traspaso del plan de pensiones que las entidades ofrecen por traspasar el plan. En cualquiera de los casos estos se consideran una ganancia patrimonial y como tal tributan en la declaración de la renta. Dicho de otra forma, habrá que pagar impuestos por ese regalo en especie o ese porcentaje del dinero traspasado que el banco ingresa en nuestra cuenta o suma al plan de pensiones.

En el caso de los regalos, se calculará su valor de mercado y en el de las bonificaciones la escala que corresponda como si tratase de un incremento patrimonial.

Rescate del plan de pensiones

El rescate del plan de pensiones también está sujeto a una fiscalidad especial, pero antes de hablar de ella conviene puntualizar que para recuperar el plan de pensiones deben darse una serie de circunstancias, generalmente marcadas por la jubilación del partícipe. Existen algunas excepciones adicionales en las que suele poder recuperarse el dinero.

Hay cuatro formas de recuperar el dinero de un plan de pensiones, cada una con sus ventajas y desventajas. Son las siguientes:

  • En forma de capital: en este caso se cobran todos los derechos consolidados, que no son más que las aportaciones y los beneficios, a través de un pago único.
  • En forma de renta: supone la percepción periódica de una cantidad ya pactada a decisión del titular. Habitualmente siempre existe la posibilidad de liquidar de una vez el saldo pendiente en cualquier momento.
  • En forma mixta: una parte se recupera en forma de capital y la otra en forma de renta.
  • En forma de renta asegurada o de seguros: se cobraría una renta de manera vitalicia, habitualmente sin importar el dinero que quedase en el plan de pensiones.

Rescate en forma de capital

El rescate del plan de pensiones en forma de capital está parcialmente bonificado. Debido a diferentes cambios legislativos, ahora mismo se puede aplicar una reducción del 40% sobre la parte de la prestación ligada a las aportaciones anteriores al 1 de enero de 2007.

El resto tributará en función del tipo marginal que establezcan los tramos de IRPF para cada contribuyente. Esta es, precisamente, la trampa del rescate en forma de capital, que no entra a considerarse como renta del ahorro, pero sí puede disparar la base imponible hasta llevarla a los tipos más altos de la escala.

Rescate en forma de renta

Esta es la modalidad más extendida. En este caso, los ingresos mensuales que recibamos pasarán a considerarse como un rendimiento neto del trabajo, es decir, como el salario y habrá que tributar por ellos en función de las tablas de IRPF como se venía haciendo hasta ahora.

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