¿Son las guerras buenas para la economía?
Todos los días, escuchamos historias de muerte, destrucción y desastres naturales. Sin embargo, ¿proporciona la miseria una oportunidad para el crecimiento? ¿Acaso América, Japón y Corea del Sur no surgieron de las cenizas de la guerra, más fuertes que nunca?
La parábola de la ventana rota.
En 1850, el economista y escritor francés Frédéric Bastiat nos presentó una lección escondida en un cuento.
El hijo descuidado de un tendero rompe una ventana. Las cosas buenas provienen de las cosas malas que suceden todos los días, como las ventanas rotas. Si no lo hicieran, entonces el negocio del vidrio no sobreviviría, ¿verdad? Gracias al hijo descuidado el dinero del tendero va al cristalero y entra en circulación.
Este argumento a menudo se aplica al coste de la guerra. Durante el siglo XX, Asia experimentó su propia historia de Ventana Rota.
La parábola de la ventana rota de Asia
Dos de las economías más grandes de Asia pasaron de la pobreza a naciones industrializadas en solo unas pocas décadas después de las guerras más brutales del continente.
Las economías de Japón y Corea crecieron en cifras de dos dígitos después de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea.
A pesar de la muerte y la destrucción, ¿fue realmente la guerra buena para estos países? (Leer más)