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Análisis Técnico
FITCH. 10.000 millones de euros. Este será el impacto en provisiones adicionales que tendrán que asumir los bancos españoles al adaptarse a las exigencias más estrictas de refinanciación impuestas por el Banco de España (BdE), según Fitch. Esta cantidad coincide con la que publicaba el lunes pasado El Mundo, que añadía que las ampliaciones de capital que tendrían que llevar a cabo las entidades para asumirla ascenderían a entre 3.000 y 4.000 millones de euros. Financial Times aportaba más cifras, de la mano de Nomura. Santander, podría tener que provisionar 1.420 millones, en base a la suposición de que la mitad de estas refinanciaciones que ahora aparecen en crédito sano entrarán en la categoría de subestándar. Con la misma vara de medir, BBVA tendría que provisionar 730 millones; CaixaBank, 700 millones; Banco Sabadell, 400 millones; y Banco Popular, 300 millones.

La agencia de calificación estadounidense recuerda que, bajo los nuevos requerimientos, algunas préstamos considerados “normales” o “subestándar” serán degradados al escalón inferior, que en el caso del “subestándar” es “dudoso”, esto es, amenazado con convertirse en “impagado”. Fitch cifra en 190.000 millones de euros los créditos reestructurados que sumaba la banca española a cierre de 2012, de los que el 43% era “normal”, el 21% “subestándar” y el 36% “dudoso”.

Las potenciales provisiones adicionales son difíciles de estimar por el trato heterogéneo que de los préstamos reestructurados hace cada banco. Hay importantes diferencias entre el nivel de provisiones que las entidades individuales han aplicado en sus refinanciaciones, así que la cobertura del sector para los créditos dudosos que rondaría el 40% y para los 'subestándar' del 15% no puede aplicarse”, explica Fitch.

No obstante, la agencia considera “probable” que las provisiones efectuadas en 2012 sean suficientes para absorber algunas de las potenciales, y para que algunos créditos dudosos o “subestándar” vuelva a la categoría de “normal”, aunque “no esperamos que esto compense de forma significativa las nuevas cargas que ha impuesto el Banco de España. Para algunos bancos, las exigencias de provisiones adicionales podrían exceder su actual beneficio neto, y por tanto, erosionar su capital y su perfil de crédito”.
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