- La inversión se incrementó un 0,7% hasta los 13.260 millones de euros
- El objetivo de la Comisión Europea es que se alcance el 3% del PIB en 2020
La inversión en investigación y desarrollo (I+D), clave para incentivar el aumento de la productividad y de la competitividad a largo plazo de una economía, creció en 2016 menos que el Producto Interior Bruto (PIB) por séptimo año consecutivo.
En concreto, el gasto aumentó el año pasado en un 0,7% en términos absolutos hasta los 13.260 millones de euros, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este martes. Se trata de la cifra más alta desde 2012, aunque aún lejos del máximo alcanzado en 2008 con 14.701 millones de euros.
Por lo tanto, desde entonces la cifra ha mermado en un 10%. Aunque en los dos últimos años ha habido leves repuntes, estos se quedan lejos del crecimiento real de la economía. Así, el porcentaje del PIB ha disminuido por séptimo año consecutivo hasta el 1,19%, frente al 1,22% del año anterior y lejos ya del récord del 1,4% de 2010, el dato más alto en la serie histórica del INE que arranca en 1981 y que sobrepasó el punto porcentual por primera vez en 2003.
Sobre I+D hay muchos estudios que difieren a la hora de determinar cuál es el gasto más efectivo, tanto por origen -público o privado-, como por destino -hay muchas vías de investigación-. Sin embargo, hay consenso en que se trata de un gasto necesario para fomentar el aumento de la productividad y la competitividad en el largo plazo, algo de lo que desde la creación del euro ha adolecido España. Precisamente, en los últimos años ha habido una mejoría de las dos variables a costa de una profunda devaluación interna, pero la recuperación vuelve a estancar su aumento hasta el punto de que el Gobierno proyecta un comportamiento plano de la productividad por ocupado en 2018.
La Comisión Europea recomienda a los países miembro que alcancen una inversión en I+D del 3% del PIB en 2020
Las empresas acaparan la mayor parte de la inversión en I+D, con un 53,7% del total tras aumentar la cifra un 3% hasta los 7.126 millones de euros. Las entidades de enseñanza superior, que son responsables del 27,5%, disminuyeron el gasto un 1,5% hasta los 3.649 millones de euros. También se redujo el peso de la administración pública, del 19,1% al 18,5%, por un descenso en la inversión del 2,7% hasta los 2.453 millones de euros. Las instituciones privadas sin ánimo de lucro (IPSFL) son responsables del 0,2% restante, con 32,2 millones de euros.
LEJOS DEL OBJETIVO EUROPEO
Lo curioso de estos datos es que el gasto del sector público es menor al presupuestado. Así lo denunció un informe de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), en el que señaló que el 61,7% del presupuesto para I+D en 2016 no se desembolsó finalmente. La cantidad inicial presupuestada era de más de 5.700 millones de euros.
España sigue así lejos del objetivo europeo. La Comisión Europea tiene la meta de que los países alcancen el 3% del PIB en 2020, mediante un 1% de financiación pública y un 2% de inversión del sector privado. No se trata de una obligación sujeta a multa, como ocurre en otros casos, sino que el lenguaje que usa es que “se anima a los países de la UE” a incentivar el cumplimiento de este objetivo.
Sin embargo, el gasto en investigación y desarrollo está totalmente estancado en España, lo que implica un descenso en términos relativos sobre el PIB. En cuanto a la ocupación, el número de empleos en equivalencia a jornada completa aumentó un 2,5% en 2016 hasta los 205.873 ocupados, la cifra más alta desde 2012, aunque lejos de los 222.022 ocupados alcanzados en 2010.
A pesar de disminuir el gasto, la administración pública incrementó un 0,7% la ocupación hasta los 39.972 empleos, el 19,4% del total. En enseñanza superior se elevó un 2,5% hasta los 75.191 ocupados, el 36,5%. Mientras que en las empresas creció la ocupación un 3% hasta la cifra de 90.129. Por último, en los IPSFL aumentó un 35% hasta los 580 ocupados.